Ningún niño debería sentirse inseguro. Ningún agente externo debería hacer que la autoestima de un niño se viera dañada lo más mínimo. Pero lo cierto es que las inseguridades existen. A veces por cuestiones inherentes a la personalidad. Otras por factores externos que sin pretenderlo actúan como foco negativo en el infante generando una baja autoestima. Y en otras ocasiones cuestiones psicológicas alimentan la falta de aceptación propia. En este post de blog os plantemos qué podemos hacer cuando nuestro hijo es inseguro, y en El Gabinete os daremos las pautas para acercaros a su problema y entenderlo.
- Debemos potenciar su autoestima. Y eso empieza demostrando que su frustración es real y que los fracasos son oportunidades de aprendizaje e incluso una oportunidad de éxito. Para eso hay que elogiar sus actos en lugar de resaltar la crítica. Los padres debemos dar confianza y demostrar a sus hijos que son capaces de afrontar todo aquello que se propongan.
- Debemos darle responsabilidades acordes a su edad. Es así como el pequeño puede aprender a confiar y ver por sí mismo que es capaz.
- Debemos huir de la sobreprotección. Porque así aprenderá que no necesitan a alguien a su lado para conseguir lo que se propongan. Porque así aprenderá a ser una persona autónoma e independiente.
- Debemos interactuar con ellos. Jugando, disfrutando del tiempo de ocio. Dejándoles libertad para comportarse como realmente son, sin corsés ni rigidez.
- Debemos minimizar sus fracasos. Si un día se caen, que lo harán, debemos recordarles que hay que levantarse, sacudirse y continuar.
- Debemos alimentar su pensamiento positivo. Se trata de crear estrategias para que crean en ellos mismos.
A medida que crecen, los niños conforman su personalidad en función de la educación y atenciones recibidas, de las experiencias y también de sus propias capacidades físicas y cognitivas.
El miedo al fracaso, la baja autoestima, la inseguridad, el temor a hacer el ridículo, la pérdida de confianza son factores a erradicar si queremos que el niño se forme de forma totalmente estable personal, emocional y socialmente.
¿Cómo sabemos si nuestro hijo es inseguro? Cuando vemos que en casa desobedece y fuera es sumiso. Cuando pierde interés en jugar o hacer deporte. Cuando su sueño no atiende a un horario fijo. Cuando no habla. Cuando pierde el apetito. Cuando no se expresa o se aparta del resto de niños o cuando le cuesta tomar decisiones fáciles.
¿Tienes dudas? ¡Consúltanos! Si lo prefieres puedes escribirnos a cualquiera de nuestras redes sociales tanto en Facebook como en Instagram o llamarnos al 984 045 757 / 635 516 310.